Dentro
de su trompa, tiene 6 agujas:
2
para penetrar la piel, 2
para mantenerla
separada, 1 para succionar
nuestra sangre y 1 para
inyectar una proteína
anticoagulante.
Cuando un mosquito toma sangre, inyecta su saliva en el hospedador, pero no la sangre de su víctima anterior. Ésta pasa al sistema digestivo del insecto, donde es digerida y los virus que pueda contener deberian atravesar diversas barreras biológicas del mosquito y sobrevivir a su sistema inmunitario para transmitirse por picaduras posteriores.
La
sangre con virus, absorbida por un mosquito, iría directamente a su
intestino. Allí debería poder infectar las células intestinales y,
posteriormente, pasar a infectar el resto del cuerpo, para terminar
en las glándulas salivares de mosquito, que son las que inyectan la
saliva que impide que la sangre se coagule mientras nos la chupa.
Este
proceso de infección, de darse, podría tomar hasta una semana, y
mientras tanto el mosquito habría renovado su alimento de sangre
numerosas veces, con lo que es probable que antes de poder entrar en
el circuito celular del mosquito, el virus haya sido excretado.
En
el caso del VIH y Coronavirus la carga viral es demasiado baja para
transmitir la enfermedad.
Explicación
más técnica:
Cuando
un mosquito ingiere sangre infecciosa, el virus debe tener la
capacidad de infectar y replicarse con éxito en las células
epiteliales del intestino medio del mosquito, que es el primer tejido
en el que se producen interacciones entre el virus y las células del
mosquito. Los mosquitos en los que el virus no puede establecer la
infección se dice que tienen una Barrera de
infección de intestino medio (M.I.B),
que puede darse por factores genéticos, como la falta de expresión
de receptores en la superficie celular, o por determinantes no
genéticos, como la densidad y composición del microbioma del
mosquito.
En
el caso de que el virus consiga establecer la infección en el
intestino medio, deberá después atravesar la barrera
física de la lámina basal que rodea el epitelio del
intestino medio, para poder diseminarse por el resto del mosquito. La
lamina basal genera un límite de exclusión de tamaño por debajo
del tamaño de los viriones, evitando la entrada del virus. Cuando la
replicación del virus se limita al intestino medio y no se produce
diseminación a otros tejidos del insecto, se dice que el mosquito
tiene una Barrera de escape de intestino
medio (M.E.B).
Una
vez que el virus sale del intestino, se replica en otros tejidos del
mosquito, incluyendo el cuerpo graso, el tejido nervioso y el tejido
muscular, hasta que llega a las glándulas salivares, que constituyen
la siguiente barrera anatómica crucial para la infección. Tras la
infección de la glándula salival, el virus se replica y llega al
conducto salival donde puede ser expectorado con la saliva. Sin
embargo, no todos los mosquitos pueden expectorar virus, y por lo
tanto tienen un tercer obstáculo para el virus, en este caso una
Barrera de Transmisión.
El
cuarto mecanismo importante para limitar la replicación de virus en
el cuerpo del mosquito es tener la capacidad de escapar a la
respuesta inmunitaria antiviral del insecto sin que este enferme y
muera. Sólo los virus muy especializados son capaces de realizar
esta travesía por el mosquito sin sucumbir en ninguna de sus
barreras defensivas.
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